Todos hemos sido víctimas alguna vez de la mafia de la
reventa, si no directamente, indirectamente. Sea cual sea el evento en cuestión
la reventa siempre está presente, ya sea teatro, fútbol, conciertos, beisbol y
hasta actos de beneficencia siempre están ahí.
Así mismo, todos conocemos al monopolio de los boletos a
nivel mundial: Ticketmaster. En México “El Amo de los Boletos” como me gusta
llamarlo, debe tener un 90% del mercado, de unos años para acá han aparecido un
par de empresas que han ido creciendo gracias a sus estrategias locales, por un
lado Super Boletos y por el otro e-Ticket, ellos han sido quienes se le han
atravesado en el camino, aún sin afectarle en gran medida, gracias a la
infraestructura que tiene “el amo” y a lo bien colocado y posicionado que se
encuentra desde hace muchos años; además claro de los pactos comerciales y de
exclusividad que tiene, y obviamente, a que Ocesa maneja una gran cantidad de
recintos de todo índole a nivel nacional.
Ticketmaster siempre cobra el “cargo por servicio” a no ser
que se compre el boleto en la taquilla del recinto donde será el evento, pero
gracias a que tiene muchísimos puntos de venta, ya sean librerías,
supermercados, tiendas departamentales, tiendas de música entre otras, la mayoría de los consumidores terminamos
pagando dicho cargo, que corresponde a un porcentaje del valor del boleto. Hay
quienes piensan que no es gran cosa lo que se paga, pero multiplicado por todos
aquellos que pagan el cargo, es una millonada por cada evento.
Ahora, tomare como ejemplo el fútbol y la reciente liguilla.
Para efectos del partido de esta noche entre los Pumas de la UNAM y el América
en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria correspondiente a los 4tos. de
Final del Clausura 2013, se anunció el lunes pasado que los boletos serían
vendidos única y exclusivamente por dicho sistema y que saldrían a la venta el
martes 7 a las 14:00 hrs y así fue, y como es de esperarse los boletos
“volaron”. Hay mucha gente que no cuenta con tarjeta de crédito para poderlos
comprar vía internet, y otra mas no tiene el tiempo de poder asistir a un
centro de venta para adquirirlos, uno pensaría que esos aproximadamente 50 mil
boletos fueron vendidos legalmente, pero como menciono al inicio, la reventa
hace su aparición. Hoy cualquiera de ustedes puede ir al estadio e incluso
antes de llegar, desde cual sea la dirección en la que lleguen, se van a topar
con al menos 10 personas que les dirán: “¿Te sobran o te faltan?”, “¿Palomar o
pebetero?”, “¿De arriba o de abajo quieres amigo?” y así, vamos, que casi todos
ustedes han pasado por esto, aún cuando se trata de un partido que no tenga la
convocatoria como el de esta noche. Entonces es cuando me pregunto ¿De dónde
salen tantos boletos para estos vividores? Creo que la respuesta es mas que
clara: El Amo de los Boletos.
Es una mafia muy bien establecida, y la verdad no dudo que
tengan contubernios con las directivas de los equipos, obviamente con las
administraciones de los recintos y con la gente claro está de Ocesa y/o
Ticketmaster.
¿Cuántas veces no hemos visto o sabido que antes de que
salgan incluso en la preventa exclusiva del banco conocido por todos, hay gente
que ya cuenta con ellos en sus manos? Ahí está el punto. Obviamente la reventa
es un negocio redondo para todos los involucrados, desde la empresa que los
distribuye, quienes los adquieren para revenderlos, a quienes se los venden
para revenderlos, las directivas de los equipos, las administraciones de los
recintos donde será el evento… en fin, todo el mundo sale ganando menos el
consumidor final: Osea, nosotros quienes asistimos a los eventos.
¿Por qué nadie hace nada? Porque a nadie de los que les
compete hacer algo le conviene hacer algo, así de simple. Se les acaba el
negocio, se les acaba la gallina de los huevos de oro, empezando por el mero
mero: El Amo de los Boletos. ¿Ven por qué le digo así?
¿Qué podemos hacer nosotros? Para empezar no podemos dejar de
asistir a los eventos que nos interesan, y no sería justo hacerlo. De lo que
está en nuestro alcance es no comprar en la reventa y obviamente no revenderles
los boletos cuando por alguna razón nos sobre alguno. Yo normalmente busco
comprar los boletos en las taquillas cuando se puede para no pagar el cargo.
Pero nosotros como consumidores finales no podemos hacer mucho para acabar con
la mafia, lo mas radical sería como les dije, no asistir, pero no sería justo
perdernos el concierto, obra de teatro o evento en cuestión al que queremos
asistir. Y ya se que me dirán que las otras dos empresas también cobran el
cargo por servicio, y es verdad, pero al menos al haber competencia en el
medio, las cosas deben cambiar, los precios quizá bajar y hasta la calidad de
los eventos mejorar.
Yo en lo personal estoy molesto porque se que esta noche, la
de mañana en el Estadio Azul, el sábado en el Azteca y los demás estadios,
todos los involucrados harán su agosto en pleno mayo… menos nosotros, que
algunos nos quedaremos sin poder ir al estadio a apoyar a nuestro equipo
gracias a estos vividores.
Quizá la solución sea que Lady Profeco se ponga al tiro, ¿O
como ven?
he dicho.
*Artículo originalmente escrito el 8 de Mayo de 2013.
1 comentario:
Muy bien Gil, me gustó y tienes razón.
Este es tu estilo.
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