La Hoja del Árbol III

Joel vivía cerca de la colonia Roma en la Ciudad de México, cuando tenía 4 años su papá fué una víctima más de la inseguridad que ya reinaba en el DF y falleció a manos de un asaltante, así que no tuvo mucha oportunidad de conocerlo. Joel creció sin padre y su mamá lo crió sola, junto a su hermano menor Daniel, quien tenía 7 meses en el vientre de su mama cuando su padré murió.
Joel creció y a la falta de la figura paterna y del trabajo de su madre, se descarrió, se unió a una especie de pandilla de su colonia y se dedicaban a asaltar a transeuntes en una colonia vecina.
Una tarde, Joel fué a recoger a su hermano al metro, y de regreso vió una ambulancia y un par de patrullas afuera de una estética, a 4 cuadras de su casa; al pasar notó que había una persona tirada en el suelo cubierta por una manta blanca, preguntó a un curioso y le contestó "Intentaron asaltar a la señora saliendo de cortarse el cabello y la mataron, dicen que es una pandilla de aqui cerca." Joel se estremeció, y al verlo, la señora dueña del local, (quien era entrevistada y daba su declaración como testigo) soltó a llorar, le dijo " Tu mamá mi'jo, era tu mamá!!!" Joel cayó al suelo de rodillas llorando inconsolablemente. "Noooooo, noooooo!!! No puede ser, no Dios noooooo.... Perdóname mamá, perdóname por favor!" Gritaba y lloraba abrazandola.
En el fondo sabía quienes habían sido los autores y de quien había sido la culpa.
La ironía de la vida.

Un dia se acostó a dormir, y no despertó. Durmió por mucho tiempo. El dia que despertó no tenía ni idea de cuanto tiempo había dormido. todo su mundo había cambiado, nada de lo que conocía era tal cual lo recordaba, no concebía lo que pasaba. Los doctores le explicaron, pero todo era en vano, su mente no procesaba lo que escuchaba. Fué mucho para él, decidió volver a dormir y esta vez, ya no despertar... y así fué. Volvió al mundo solo para ver que, donde estaba, estaba mejor, lo que si entendió fué porque se había ido, y por ello, decidió jamás regresar.

De buenas a primeras, el bloqueo llegó y mucho tiempo no escribió, no dijo, no habló, no parpadeó, no recordó, no pensó, no nada. El escritor parece empieza a volver en sí, pero no aun, no todavía, no es momento, pero ya pronto.