lunes, junio 13, 2011

Recuerdos de una Mente Asesina (r2)


Y llegó ese día, se hartó, se cansó, dijo "Basta, no más!"
Lo miró mientras se alejaba, mientras su mente comenzaba a aclarar todo lo que había pensado durante los últimos meses, decidió ponerle fin a tantos años de atropellos, de humillación, de degeneración, de abuso, de tortura, de agandalle. Dicen que todo tiene un límite, el suyo había llegado demasiado lejos, y tanto rencor, odio, coraje, frustración, desesperanza y desesperación cobraron mas fuerza que nunca en ese preciso instante; su mente hizo ese "click" y en automático tenía un solo propósito y objetivo.
Meticulosamente lo siguió, lo observó, lo estudió, sabía ya muchos datos, su rutina, pero necesitaba ser preciso y exacto esta vez, no podría haber error alguno, durante días y semanas lo estudió de una manera tan cuidadosa y perfecta, analizó cada posibilidad que se pudiera presentar, calculó cada desenlace, realizó simulaciones que tuvieran el mismo final, no quería que nada saliera mal, le dedicó el 100% de su tiempo a esa tarea, era lo único que lo mantenía con sanidad mental, si es que se pudiera pensar de esa manera, pero finalmente, era la motivación que le daba sentido a su existencia y era en lo único que pensaba. Realizó un plan tan perfecto que nada podría salir mal, tenía cubierto todo, no había cabida para errores, suposiciones ni dudas, todo estaba perfectamente cubierto, era tan perfecto que parecía irreal.
El día "D" llegó, porfin, sentía como si fuera el día de su graduación, estaba tan emocionado que había dormido como bebé la noche anterior, no sin antes claro, haber repasado paso a paso todos y cada uno de los términos del evento, se lo sabía tan de memoria que estaba confiando en su éxito. Tal como lo había previsto, salió de su hogar, dejó a su hija en su escuela como cada lunes, hizo el mismo recorrido de cada semana, posteriormente se fue para su oficina, dejó el carro en el mismo cajón del estacionamiento de siempre, tomó el pasillo de siempre, subió por el mismo elevador, se bajó en el piso correspondiente a su área, pasó por su café a la máquina instantánea como cada mañana, saludó a todos a su paso y entró a su oficina y ahí pasó haciendo y tomando llamadas, leyendo y contestando correos, dejando todos los pendientes listos antes de su viaje, que tan anticipadamente había programado. Por su parte, en el estacionamiento, mientras sabía que en el 8vo. piso pasaba y ocurría lo cotidiano y lo monitoreaba, realizaba ciertos movimientos que había preparado para no dejar nada a sospechas, no había lugar para las especulaciones. Dieron las 11 am y sabía que pronto bajaría, así fue, a las 11:05 salió de su oficina, con portafolio en mano cruzó todo el piso y se despidió de persona aquella a su paso, tomó el elevador hasta el estacionamiento, cruzó exactamente de nuevo por el mismo pasillo y tomó el atajo de siempre, se dirigió a su auto, abrió la cajuela trasera como usualmente lo hace, guardó su portafolio y dejó su saco, la cerró y se subió al coche, tomó el camino de salida, pasó por la caseta de vigilancia y le hizo la seña al vigilante, el cual le regresó el gesto, salió y tomó el camino que tomaría hacía su destino, no hizo ninguna parada ni se desvió, tal como estaba calculado, perfectamente predecible y por ello, muy bien estudiado. Mientras manejaba realizó un par de llamadas, una a su esposa diciéndolo que ya se dirigía camino al aeropuerto, que pronto la vería y otra de trabajo, delegando una responsabilidad, para su mala suerte, optó por hablar mal de alguien que pensó estaba ausente, el cual, no tuvo mas que aguantar el coraje de escuchar semejantes palabras, finalmente, sabía que sería la última vez que sería tratado de esa manera, eso lo confortó y le dio fuerza para calmarse y serenarse en momento tan incómodo y molesto. Colgó y siguió su camino, llegó al aeropuerto, dejó el auto en el estacionamiento y se dirigió a la sala de Salidas Internacionales, el lo seguía de cerca, se formó en la aerolínea, pasó y documentó, únicamente cargaba su portafolio y una pequeña maleta, tal como era de esperarse. Faltaban un par de horas para el despegue, se metió a un cyber café, pagó por 30 minutos, se metió a su correo personal, solo una novedad, la contestó con el mensaje "Ya estoy aquí, todo en orden, como siempre, nadie se imagina nada, te busco en la fila 15 minutos antes de abordar." Salió de ahí, se compró un latte descafeinado con leche semidescremada y se lo bebió tranquilamente, luego se dirigió a la sala de espera, faltaban cerca de 40 minutos, tal como lo estipuló en su correo, faltando poco para el abordaje se dirigió a la fila de embarque, la vio y localizó de inmediato, paso junto a ella, cruzaron miradas y se formó 7 personas atrás de ella, todos abordaron el avión, ella iba en clase turista, el en primera clase. La vigilaba a ella, sabía que no había pierde y durante el vuelo, a pesar de haberlo podido hacer, no se relajó, no quería que nada saliera mal. Después de 4 hrs. y 37 minutos de vuelo llegaron a su destino, bajaron del avión y se dirigieron a la salida, pasaron por su equipaje por separado, se subieron a diferentes taxis y llegaron a diferentes hoteles, el seguía vigilándolo y monitoreandola a ella. Lo siguió a la cita que tenía, se tardo lo esperado y se regresó al hotel, llegó y se metió al Centro de Negocios, mandó un correo: "Todo salió bien, se cerró el trato, así que mañana lo tengo libre, te parece si nos vamos desde hoy? Te veo en el bar en 20 minutos." Subió a su habitación, se cambió, bajó al lobby, solicitó un taxi y se subió, llegó al bar donde ella ya lo esperaba, tomaron un par de tragos, pagaron la cuenta y salieron del lugar, abordaron el auto que ella había rentado bajo un "alias" y tomaron carretera, a unos 47 kilómetros tomaron una desviación, un camino de tierra que se introducía en el bosque hasta llegar a unas cabañas en una lomita. Rentaron la última, no querían que los molestaran, sin saber que eran vigilados demasiado cerca. Pasaron un par de horas cuando la cabaña fue irrumpida silenciosamente, dado que había estado un par de semanas antes, sabía exactamente como entrar sin problema alguno. Los tomó por sorpresa, a el lo golpeó en la cabeza y perdió el conocimiento, a ella solo la atontó, los amarró el uno al otro, para cuando el recobró el conocimiento ya estaba inmovilizado totalmente, ambos amordazados, ninguno podía hablar, pero ambos lo miraban con ojos de terror, sudando y con algo de sangre por los golpes. El mientras, caminaba frente a ellos, los miraba con esa mirada maquiavélica, finalmente estaba en el lugar y momento preciso que había planeado durante tiempo, ellos jamás imaginaron lo que sería ese último viaje. Le dijo que había sido demasiada tortura de su parte, que él era el culpable de su destino... "Tu me orillaste a esto, yo te admiraba, yo te idolatraba, de ti aprendí tanto, y por eso aguanté durante mucho tiempo, pero todo tiene un límite y un final, éste es mi límite y tu final." Se agachó y comenzó a destajarla junto a el, le enterró el cuchillo una y otra vez, suavemente para que la viera, escuchara y sintiera sufrir, para que ella le transmitiera ese dolor agonizante que sentía con cada puñalada, lo hacía con tanta calma, mirándolo a el y luego a ella, salpicándole su sangre, que se mezclaba con el sudor de ambos, quería que el sufriera mas que ella y el verla así y sentirla lo estaba matando por dentro, y se lo dijo: "Así te quería ver, muriendo por dentro, sufriendo lento y sin siquiera tocarte, estarás pidiendo clemencia y querrás que esto se acabe ya, pero no será así, te cobraré por cada día, semana, mes y año que me hiciste sentir mierda y miserable." Llegó el momento en que ella dejó de gemir, de moverse, de sentir... lo volteó a ver, su mirada estaba incrédula, no concebía lo que pasaba y solo deseaba que se terminara, pero no sería tan fácil. Después de haber terminado con ella, le platicó de ciertas vivencias, recuerdos que en algún momento habían sido buenos, de cuando todo parecía marchar de maravilla, pero que de repente todo se tornó un infierno que duró años y se preguntó porque, le preguntó porqué? El solo asintió con la mirada, no tenía respuesta, o no al menos, la que podría salvarle, sabía que el final sería el mismo. Estaba desesperado, pero nadie sabía que estaba ahí, nadie sabía que ella estaba ahí, nadie sabía nada, estaba solo. "No te preocupes, terminará pronto, ya sufriste demasiado, no tanto como yo, pero el hecho de hacerte pensar en que no sabrás que será de tu familia, te hará sentir lo mas mierda que alguien se pueda llegar a sentir, posiblemente mas que yo, no lo sé, quizá." Jugaba con el cuchillo, lo miraba, le hablaba, veía su reflejo en su hoja manchada con la sangre de ella, mientras el pedía misericordia, clemencia... el final. "Eso si, no será tan fácil, a poco crees que tantos años se cobran tan rápido? No, quiero que pienses en todo lo que me hiciste pasar mientras yo te hago pasar esto, quiero que vivas en carne propia tanta humillación, desprecio, desesperación y tantas cosas que me hiciste sentir y vivir durante tanto tiempo..." y comenzó a meterle el cuchillo lentamente, en partes que sabía no eran mortales, pero si causaban un gran dolor y debilitamiento, tanto corporal como mental, y una desorientación psicológica, poco a poco lo fue consiguiendo, viendo como iba decayendo con cada puñalada, con cada palabra que le recordaba todo lo que había pasado, hasta que llegó el momento en que desfalleció; no, aun no estaba muerto del todo, estaba agonizando cuando le dijo las últimas palabras que escucharía en vida, luego, solo sonrió y lo vio morir.
"Crimen pasional" dijo, se dio la vuelta y salió caminando, cruzó el bosque, llegó a la estación de servicio donde esperó que algún trailero lo llevara de regreso a la ciudad y así dejo su pasado atrás y al fin se sintió libre de comenzar a vivir.

3 comentarios:

Author. dijo...

"todo tiene un límite y un final, éste es mi límite y tu final"

NO MAMES. ouch, soy fan.

homero dijo...

Si me mamé!

Je, yo tmb!

homero dijo...

Jaja... grax!